miércoles, 18 de marzo de 2009

Re Vistita Nº 4

Bienvenida: Mirta Agostino


Ahora recuerdo

olvidé mi boca


en la curva lejana


de tu espalda.



UNO
La unión hace la fuerza. Unir es difícil. Los escritores buscamos espacios donde desarrollar el arte de unir a través de la palabra, en el camino de la paz, con destino al amor en un escenario donde vivir la felicidad.
Muchos entendemos que la felicidad no es un derecho sino un deber, desde el momento que vivimos en comunidad y atendiendo que quien no es feliz arruina la vida a los vecinos.
Muchos creemos traer al mundo hijos del amor a los que, forjamos en el amor porque no hacemos el amor, el amor nos hace.
Tenemos mucha actividad, claro, la vida es corta, sufrir es perder el tiempo. Tal vez ahora, este, sea el momento indicado para mirar nuestra existencia desde el pequeño espacio que nos corresponde dentro del enorme ser vivo que llamamos universo y ansiamos conocer en detalle…

sudoreditorial@live.com
REGISTRO DE ESCRITORES Y ESCRITORAS DEL COMAHUE

Bienvenida: Margarita Aguilar

Soy porteña devenida neuquina (más de 30 años). Mi profesión: Profe de Letras desde que nací. Alguna vez, pensé en el significado de "ser narradora". Hoy, quiero explicar lo que para mí, significa: "escribir". Escribir me emociona porque pongo mi alma en palabras y frases, que se transforman en historias para que alguien como tú las lea y dejen de ser un secreto. Por eso, siento que escribir es un acto de valentía, que deja traslucir mis experiencias y hace sonreír el corazón del que las lee. Te adjunto un cuento. Es la primera vez que ve la luz de otros ojos, porque ya no quiero esconderlos "debajo de las baldosas flojas".
Paz y amor para ti. Si faltan esas "cosas" todo lo demás pierde sentido. Chaucito.

“Primer día de clases”
Era mediodía. La niña caminaba lentamente detrás de otras que conversaban, ella pensaba. Las recomendaciones de su abuela Yaya bullían, repitiendo: “debes ser una niña juiciosa y aplicada... dedícate a estudiar…y a sentar cabeza”. (Imaginaba una cabeza con patas sentada en el tronco de un árbol).
Llegó por fin al imponente edificio, una larga escalinata la llevaría al patio, se sentó en la base del mástil a esperar. Era temprano y el lugar estaba desierto. Sus trenzas renegridas brillaban con el sol de marzo y en el bolsillo de su guardapolvo blanquísimo se estremecía un rollito de papel, una página de su cuaderno. Lo desenrolló y leyó el poema que había escrito aquella mañana:


Te asomaste a la orilla de un arroyo,
miraste en él, tu deslucida imagen.
El viento sacudió las tibias aguas,
pero tu mirada se alejó.

Tu pálida sonrisa no quería reír
ni llorar, ni volver
era como fuerza extraña
que te expulsaba y te retenía.

La soledad y el vacío oscuro
te nublaron el alma para siempre
y seguiste en tu erguida figura,
pero ya sin alma...

La niña había quedado pensativa: “cuando volviera a su casa, lo escondería debajo de la baldosa floja, al final del patio. Allí donde nadie pudiera encontrarlo jamás”.
Muchos años después, una Profesora en Letras, que residía en la ciudad de Neuquén, recibió una encomienda de Buenos Aires, era de su madre. En la tapa, un cartel versaba así: “Hija, te envío estos papeles que creería son tuyos, la casa ya fue demolida.”
Dentro de la caja repleta de cartas, encontró un viejo cuaderno de espirales oxidados y hojas amarillentas...En él, la profesora descubrió las escrituras (con letra impecable) que pertenecían a una niña de trece años que no era la Storni, sin embargo, tenía “un no sé qué”.

Bienvenida: Valeria Anahí Neculqueo

¿Por qué elegí este camino? Porque las fronteras impuestas por el estado son trabas a la libertad de elegir, de ser mejor, de buscar el rumbo, y sobre todo de soñar.
¿Por qué tenemos que permitir la violencia hacia ellos, los que cruzan esas barreras queriendo buscar un mundo mejor? Porque somos cobardes para alzar la voz y pelear por ellos. Porque nos cerramos en nuestro metro cuadrado, en el cual nos sentimos protegidos, mal o bien, tenemos comida, notebooks, auto, etc. y no miramos que esas trabas que también nos imponen a nosotros y no nos damos cuenta, nos parte la cabeza, haciéndonos creer que somos libres.-Por eso con Sabrina, hemos elegido este camino: el de la lucha por esos refugiados, por los que nadie quiere, y sin duda lamgen, que con usted llegaremos muy lejos, NUNCA PERDIENDO EL NORTE, Y CON LA AYUDA DE USTEDES, QUE DE ALGUNA MANERA SIEMPRE HAN CONTRIBUIDO A SEGUIR EN ESTA CAUSA Y ESTA SENDA, y que han contribuido a que nuestro sueño vaya tomando forma día a día.-

POR EL RESPETO DE LOS DDHH DE REFUGIADOS Y MIGRANTES, POR EL RESPETO DE LAS CULTURAS ORIGINARIAS.-
Cualquier indicación, sugerencia, crítica o deseo de buena onda, envíenlo a: consultoriaintercultural@gmail.com
Valeria Anahi Neculqueo Quintrileo. Mujer Mapuche. Nacida de padres Nguluches, en el territorio neuquino hace ya casi 30 años. Abogada de Profesión. Dos veces finalista de Certámenes Literarios de Nivel Internacional. “Mensajeros Literarios” (Cenediciones) y “Por Amor al Arte” (Novelarte). Certámenes que me permitieron realizar mis dos primeras publicaciones cooperativas. Realizo ahora “Versos chascones de amor y tierra”, buscando ojos que se jueguen en publicar versos despeinados de una mujer lacia.-

Y finalmente te llamé, te indique
Te cite y me cortaste
Y luego llamaste, me dijiste,
Mentiste y corte
Y supe que habías entendido
Y supe que tu orgullo había crecido
Que ahora el aire te hará más indemne
Porque te crees el más y el menos
Pero la altura solo te hará volar
Más alto a la soledad
Esa que te mata y atormenta
Pero de la que ya no podrás escapar
Por no entender que aquí habías conseguido
La libertad.

Bienvenido: Rafael Urretabizkaya

Se pocas cosas, escribo para hacer preguntas. Nací en dolores el 8 de octubre de 1.963. Desde el 83 en el sur de Neuquén, para arriba y abajo como huevo de rengo.
Publicaciones: “Te agarro a la salida”, cuentos (beca de Fundación Antorchas) Corregidor 1.997, “Aimé”, novela en coautoría con W. Arrúe, Ed. Mingaco 2.000, reeditado por De la Grieta en 2.004, “Tita y Toto”, cuento, Nuevo siglo 1.997, “Carlito el carnicero” poesía, De la Grieta 1.997, “Tierras de aventuras”, cuentos, compartido con Emilio Urruty y Silvia Iparraguirre, Editorial Desde la Gente, y en varias antologías y revistas. Algunas obras de teatro para títeres que pone en escena la compañía La Pelela y así algunas cosas más. “Una de amor” integra el libro “Carlito el carnicero”

Una de amor

- Mi amor...
- ¿Qué?
- Nada. Solamente tenía ganas de decir: "mi amor".
- ¿Qué?
- Algo.
- ¿Qué?
- Algo. No puedo decir "nada". El amor es por lo menos algo. Esa es mi esperanza. Algo más grande que las ganas. Algo más profundo que el deseo. Algo así como una soga en el océano bien agarrada de una ola con el bayestrinque ese. Algo donde despertar. Algo para tomar cuando la sed. Algo para regalar en el mejor momento. Por lo menos algo para ponerse y sacarse. Algo que entre en el ropero y en un bolsillo. Algo que nos siga liviano como un sueño. Algo de furia y de descanso. Yo necesito que el amor sea algo oscuro cuando el sol se las agarra conmigo, algo brillante cuando el calor se empaca. La siesta de la siesta, el peor día, la risa de encontrar lo más perdido...
- ¿Qué?
- Nada.



Bienvenida: Ana María Manceda



Nace en Tucumán. Vive en La Plata, estudia ecología en la Universidad Nacional. Hace treinta y tres años vive San Martín de los Andes, Neuquén. Realizó trabajos de investigación como docente secundaria, profesora de geografía y biología, en el CEPEN Nº 13 de San Martín de los Andes, hasta su retiro, en las cátedras de geografía y biología. Coautora del LIBRO DE LOS CIEN AÑOS, de San Martín de los Andes (premio especial de editores argentinos, 416 páginas). Hace ocho años participa públicamente en literatura. Mención de Honor y primer premio en antologías a nivel nacional e internacional, poesía y narrativa. En Octubre 2008 recibe el Premio del Certamen Internacional ARTES Y LETRAS 2008 en por “DERRUMBE” Editorial Novelarte. Córdoba (Argentina). Integrante de Red mundial de escritores en español, Sociedad Escritores y Escritoras de Argentina, POETAS DEL MUNDO y WORLD POETS SOCIETY . Jurado del Centro Editorial Municipal de San Martín de Los Andes, participa en diversas revistas literarias por Internet: Letralia, revista de los escritores hispanohablantes, Isla negra, Ciudad de mujeres, Azularte, Archivos del Sur, Artecomunicarte, Polseguera (España), Artesanías Literaria, Yo Escribo.com, Fundación Azara (Ecología), Con Voz Propia, Revista Remolinos( Perú), Revista Almiar (Madrid), Herederos del Caos ( San Francisco California), Literaturismena (francés-español), Fitizeira (Galicia), Gira Poema, Narrador.es (España), Poemaria.com, La página De Los Cuentos, Olerki poesía. es, Como el Rayo ( revista literaria), Revista Perito (Alicante España), RevistaCamagua, Gaceta literaria virtual, Revista Poeta, Crónica literaria (patagónica), El Alma Disponible (España), Estrellas Poéticas, Revista El Margen, En sentido Figurad (letras solidarias) (México), Revista Myrtos (Córdoba, Andalucía), Revista Papirolas, Inmigración, Arte y Cultura ( Bs.As.), Espacio latino (Letras Uruguay), Grupo Arcadia, Revista Literaria Baquiana, Miami, ( EEUU), Revista PALABRAS DIVERSAS España, Estación Poeta, REVISTA ARCOIRIS, (Francés-español), La Casa de Asterión, 8º Revista Trimestral de Estudios Literarios, Programa de Humanidades y Lengua Castellana, (Universidad del Atlántico Barranquilla, Colombia). Seleccionada por “Voces en mi alma” para la antología “ Extraña pertenencia” Editorial Dunken, Buenos Aires. 2009.
http://www.buceandoenelinfinito.blogspot.com/


El aleteo de la mariposa.

Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo
aleteó una mariposa.

Como un río viajando por su cauce,
la mente esculpida a cada instante
timonea emociones en la rutina.

El caos acecha transparente,
lo simple se vuelve complejo
lo equilibrado comienza el desorden,
lo invisible se presenta inexorable.

Porque la nostalgia es perversa, parásita, seductora.
Omnipresente, se mezcla con el flujo de la sangre,
con el aire que inspiramos.
El bello paisaje se cubre de neblina,
la música escuchada proviene desde las sombras
y pinta las caras extrañas que deambulan por las calles.
entonces...
El poema es incipiente y el temido llanto asoma.

Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo
aleteó una mariposa.

LA CIUDAD DEL TAC...TAC...TAC...
Segundo premio, editado en antología “PINTURAS LITERARIAS” Editorial ”Novelarte” Córdoba ,Argentina 2006.



Comenzó a escucharse el ruido una noche de primavera ¡bah! Es una manera de decir, en realidad era una noche helada. Se percibía que esa temporada había llegado por los cantos de algunos pájaros audaces y los brotes de las plantas, un hecho casi milagroso esto de los vegetales, de alguna manera mostraban la fortaleza de su reino. Hasta hace muy poco habían soportado grandes nevadas y ahora las heladas, pero ellos estaban ahí, triunfantes, mostrando sus retoños.
El viejo Ariel vive en las márgenes de la ciudad, su cabaña está situada en una zona más alta que el centro, justo donde comienza la formación boscosa. Debido al intenso frío, ese atardecer entró temprano a su casa, al calor de la cocina a leña tomaba mate y leía novelas de aventuras, al lado su perro Don Quijote, pero su gran pasión era la pintura, pasaba meses hasta terminar un cuadro, siempre eran paisajes que él observaba en sus paseos y los retenía en su memoria. La radio era otra compañera, escuchaba todo tipo de música. Cada tanto se paraba, estiraba su cuerpo, el perro lo imitaba, los dos, flacos y altos se acercaban a la ventana. Don Ariel observaba el cielo con el ardiente deseo de descubrir algún suceso extraordinario en el cosmos. Durante el día paseaba con su bastón y su perro por el centro y los alrededores de la ciudad. Hablaba poco con los vecinos, tenía una intuición fuera de lo común, no se le escapaba nada de lo que éstos hacían o pensaban, pero su boca estaba sellada. Todo quedaba en su cerebro y en algunos casos en su corazón. Esa noche, cerca del amanecer, sintió un ruido chispeante, corto y repetitivo; tac...tac...tac. Se levantó a espiar, los vidrios de la ventana estaban opacados por la helada, la abrió, una brisa fría chocó con el calor de la cabaña. No vio nada. Don Quijote tenía las orejas paradas y movía la cola. El tac...tac siguió escuchándose cada vez más alejado, como si bajara hacia el centro del pueblo.
Al otro día, en conversaciones familiares, en el club, en los cafés, comentaban el persistente ruido que los despertó. En su diaria caminata, el viejo Ariel charló con los vecinos, debió admitir qué él también lo había escuchado.
El ruido nunca más paró. Lo que al principio fue un raro acontecimiento comenzó a preocupar a los vecinos. Se especulaba que quizás se estuvieran produciendo temblores de tierra, cosa normal en esa geografía, que provocaran desprendimientos de rocas y éstas se deslizaran desde los cerros circundantes hacia el valle donde se encuentra la ciudad. ¡Pero entonces debería escucharse una lluvia de tac...tac! Y no era así, el ruido provenía de un solo objeto que recorría a su antojo la ciudad y todos sus recovecos.
Algunos grupos de pobladores se organizaron para recorrer la ciudad a la hora en que se producía el molesto sonido. Nada vieron pero comenzaron a percibir olores en los alrededores de dónde provenía el ruido. La ciudad se convirtió en una Torre de Babel, su estructura no era de diferentes lenguas sino de distintos olores. Los sentían agradables o nauseabundos con todas sus variedades. A Don Ariel se le ocurrió hacer una estadística y como si tal cosa, indagaba a los vecinos qué tipo de olor había percibido, luego se iba a la cabaña y anotaba los datos que recordaba. Así todos los días. Con el tiempo acumuló gran cantidad de opiniones, las cuales analizaba y clasificaba. Le llamó la atención la variedad de olores.
El pánico se fue apoderando de la ciudad. En la intimidad de sus hogares, los habitantes sentían como si el ruido recorriera sus conciencias. La primavera pasó y el verano se adueñó glamoroso entre los turistas y los aterrorizados pobladores. Lo extraordinario era que los visitantes no oían el tac...tac...tac, ni olían más que las hermosas flores de los jardines y las plazas.
Recién entrado el otoño, cuando el bosque explotaba de colorido, el clima equilibrado en días más soleados, como cediendo una pequeña tregua antes que avasallara con sus lluvias y nevadas, el viejo Ariel tomó una decisión, acompañado de Don Quijote se levantaría a la hora del ruido y se juró no descansar hasta descubrir qué o quién lo producía. Ayudado por las deducciones obtenidas con su estadística casera, arribó a características personales de grupos que sintieron olores similares. Como toda población humana, la ciudad del ruido tenía sus bondades y pecados; amores secretos, crímenes misteriosos, crueldades, envidias, algún alarido de solidaridad, odios, rencores, heroísmo.
El viejo y el perro volvían al amanecer, agotados, sin descubrir nada. En ese tiempo no salía por las mañanas en su cotidiano paseo. Los vecinos le preguntaban por su ausencia, pero nada dijo de lo que hacía por la noche. A fines de otoño, en la rutina de su búsqueda, se sentó en una inmensa piedra cercana a su casa, ésta estaba partida por un añoso árbol que surgía entre las mitades. Se recostó cansado, don Quijote apoyó su cabeza en las rodillas del viejo. El frío de la noche no le permitía dormirse, su cuerpo estaba aletargado, sentía una profunda paz. De pronto lo vio, la luz de la luna iluminaba una pequeña cosa que de manera suave y saltarina bajaba hacia el centro del pueblo.¡ tac...tac...tac! Se quedó quieto, la mano sobre la cabeza de Don Quijote, como suplicándole que no se moviera. Hombre y perro eran estatuas bajo el árbol de la piedra partida. Sólo los ojos seguían alucinados al extraño objeto, hasta que lo enfocó. Era un nudo, opaco, apretado. Desprendía un olor intenso, a vida, a mucha vida. Intuyó que el material del que estaba hecho era una trama de disímiles sentimientos y acontecimientos que se enredaban de tal manera que sería imposible deshacerlo. Todo el nudo era un símbolo, una síntesis, era la suma entretejida del “Todo” lo que allí habitaba. Regresó a la casa junto a Don Quijote, en un silencio abismal, solo se escuchaba en la lejanía el tac...tac...tac.. Nunca más salió a caminar. Los vecinos decían que se había vuelto loco.
Ocurrieron eclipses, el paso de cometas, lluvias de estrellas, como provocando la mirada del viejo, pero éste había perdido el interés de mirar el universo por la ventana. Ahora indagaba con su mirada ese enigmático nudo y trataba de plasmarlo en la tela, pintaba y pintaba. Con los meses terminó el cuadro, estaba contento pero no dejaba de correrle un escalofrío cuando lo observaba, era tan cerrado, inexpugnable.
Una noche, mientras realizaba quehaceres atrasados debido a su obsesión por la pintura, sintió sirenas. Salió de la casa, se sorprendió al ver el bosque incendiado, los árboles de los cerros parecían envueltos en llamaradas rojas, como si provinieran del centro de la tierra. Un olor a incienso impregnaba el aire, se asustó, por el camino iban veloces los coches de los vecinos para ayudar a combatir el fuego. Luego de unas horas de espera se acercó al camino, los vecinos regresaban. No sabemos que sucede Don Ariel, no fue un incendio, es un reflejo rojo que sale de la tierra. No pudo dormir, miró el cuadro y sintió la necesidad de pintar de fondo el bosque en llamas, luego se le ocurrió que el nudo no podía quedar tan cerrado en ese paisaje dantesco, como si emanara un calor que provocara la apertura del tejido apretado, y lo abrió. Quedó como una inerte y opaca flor semiabierta. No lo pudo colgar como sus otras obras, lo envolvió con mucho papel y por último en una bolsa de tela oscura. Lo guardó en el sótano, entre las cosas menos deseables. Su rostro expresaba cierta irónica perversidad, era una ceremonia secreta, sólo Don Quijote era testigo.
Misteriosamente, luego de esa noche, nunca más se escuchó por la ciudad y sus alrededores el escalofriante tac...tac...tac.



LA DUEÑA DEL MUNDO. Ana María Manceda



Es irónico, al menos risueño, ir en un bus hacia el trabajo
una mañana de primavera y sentirse la dueña del mundo
porque sí, porque los ojos inmensos brillan, el cerebro bulle de proyectos y las hormonas esclavizan el cuerpo.
Soy la dueña del mundo. Vivo al límite, por eso he llorado y he escrito un poema esta mañana, tan sólo esta mañana por la guerra de Viet-Nam.
El otro día, la semana pasada fue por lo de la FAO. ¡Hay hambre en el mundo! Mientras la lluvia cae insobornable sobre la historia, arrasando las espigas y las esperanzas. La sequía acecha, el desierto acecha. Y los pájaros cantan sobre la tierra.
Soy la dueña del mundo, no me alcanza el tiempo, aún a los dueños del mundo no les alcanza el tiempo.
Por la tarde, mientras el sol se cuelga e insiste empujando los vitrales del subsuelo, ayudado por los aromas de las flores del bosque que abraza a la Facultad, me sorprende extasiada mirando por el microscopio ; una célula vegetal o la espora de un hongo o el perfecto cristal de una roca.
Yo extasiada, y no me alcanza el tiempo.
Por la noche el azar me lleva, el tiempo tampoco alcanza
las estrellas se alejan, mis manos, mi cuerpo no pueden seguirlas
quizás mi cerebro, sí mi cerebro, sí mi cerebro.
Amanece. La dueña del mundo comienza su ebullición.
Ocurren tantas cosas en el planeta y la familia sigue la estúpida, nociva
tarea de autodestruirse, mientras ocurren tantas cosas en el planeta.
La lluvia cae y el desierto acecha. Los pájaros siempre cantan.
Olores, jazmines, río, noche húmeda, sabores, panchos, pizzas, asados.
Crepúsculo y cerveza. Amores. Libros, libros, libros. Música, amigos,
se juega a ser hippie, bellos, comprometidos. Recitamos poemas en francés.
Es irónico, al menos risueño ir en un bus y sentirse, porque sí,
la dueña del mundo. Hace mucho, mucho tiempo. Ahora es más irónico aún.
Amanece, caen copos de nieve en mi jardín
sí, mi cerebro ¡ Flasch! Y soy la dueña del mundo.

Bienvenido: Miguel Ángel Sabatini

Nací en plaza huincul en 1944, viví en Buenos Aires, en el gran y en la Capital durante mi adolescencia, comencé a escribir poesía como poeta tardío, siempre leí la misma desde mi juventud, amén de la influencia de mi padre que era un gran declamador.Integro el grupo Celebriedades, liderado por Raúl Mansilla, donde en recuerdo de mi padre recito poemas de mi creación acompañado por la música de mis camaradas.




LA LEYENDA DEL BESO TRUNCO


Estoy herido en la mitad de un beso,con una boca cortada por el silencio,con pintura roja en el tránsito al peligro,un sendero de besos con bocas enterastransformado en una senda pensante,un beso cortado se transforma en eterno,un sentimiento trunco, un fugaz placer,un beso cortado hace mirar las estrellas en la noche cálida hasta que pasa un cometay los deseos se transforman en uno,un beso cortado tiene la culpa de cienpelículas con beso incluido,se compromete ha hacernos buscadoresde besos, a encontrar con el vacíovestigios con dinero, ángeles imposiblesque sólo vuelan en los sueños. Catacumbas con calaveras que besaron,hablaron y expresaron el amor,corazones en formol que alguna veziniciaron el impulso del sexo.


RETRATO EN LA ARENA


Pies sobre tu retrato mojado,huellas de olvidos, pisadas a mi antojo,no quiero saber, sentir más de la ausencia,los árboles se mueven en la noche,caminan acercando sus ramas,las ventanas sólo quieren ser tocadas por la lluvia,los retratos de otros seres se mezclan en la penumbra,tu figura estuvo tocada por los pájaros yla naturaleza me muestra los signos de su amplitud.Yo pongo a prueba mis artificios mentales,mi cuerpo se enfría, se sobrecoge,mi vista no deja de mirar aún cerrada,mis oídos no pueden hacer oídos sordos,tu recuerdo es una constelación de imágenes,música, aromas, palabras, poesías. La naturaleza produce sensación de vacío,levanto todas las imágenes pisoteadas,miro sus colores renovados, sus formasnaturales, los ojos que me siguen mirando.

Bienvenido: Alejandro Augusto Del Rey

“tengo 33 años, vivo en Plottier, Provincia del Neuquén desde los 9. Siempre me gustó decir poesía y actuar, hace 9 años incursiono por la escritura, primero narrativa y después poesía.
En esto de escribir puedo descubrir, tanto una necesidad de expresar sentimientos, de luchar contra la rutina deshumanizadora y esclavizante (si no se toma conciencia de ella), como la posibilidad de vivenciar y compartir momentos maravillosos”

Que bueno!!!!

Las hordas del ocaso
tientan al clientelismo...
Hay que otorgar cortés


un buen saludo,


para poder lucrar


con desperdicios...






Digamos pues,


que es cosa de rapaces,


con máscaras de fieles al servicio


eso de fomentar el visto bueno


al impostor


del show en vivo...






Prefiero el show del circo con función de payasos




y fieras de verdad


con reglas


para el zarpazo






.... . . . . . . . .






A veces el destino


convierte en surcos


las heridas...






El alma entonces vuelca


semillas de quimera...






Y así, con suaves


melodías


acuna el milagro


de la espera...

. . . . . . . . .

“No extrañéis dulces amigos
que esté mi frente arrugada,
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas” Antonio Machado

Aquello
que me arrebata
de lo simple.
Aquello
que me succiona
hacia la hondura
y hace de mi
un forjador
de anti-corazas,
me devuelve a superficie
en ese instante
en el que estoy por declarar
la lucha claudicada.
Para brindar acaso testimonio
de lo encubierto
por falsas obviedades.


Es menester

Es Menester
que fluya
ese sentir
por años
guarecido...

Que salga
a la luz
y, sin corazas,
se valga
por si mismo.

Una vida
esta al acecho
y el choque es
inevitable...

Hay voces


Hay voces
que acarician
y desarman...
Miradas que,
aliadas
a una risa,
hieren de vida
y coartan
cualquier ímpetu
de fuga...

En tales casos,
solo queda
reconocerse cautivo,
declarar extinguida
la cordura
y echar a volar
furtiva
la locura.

Eso

Eso de robar
a la ilusión
besos
de ausencia...

Y, en curvas
de quimera
fundirse
la espera
del milagro.

Es señal fehaciente
una de dos:
sana locura
o bien
que van por mi
tus ojos claros.

De furias y de hechizos

De furias y de hechizos
es probable
que se lance a la arenga
de lo incierto,
un pregonero tenaz
de encontronazos
con este abismo de hoy
de desconciertos...

Munido de un fugaz
conocimiento
de cómo se usa el vuelo
para heridas
la desventura signa
el derrotero
de aquel que va por ir
en pos del sueño.

Al fin y al cabo vence
lo más fuerte.
Sabiendo que esta historia
así culmina,
un ser amenazante
nutre su ego
de lo que por ceder
es cobardía.

Mas... ¡hay del ave fénix
que algún día,
a modo de profeta
o de valía,
dará al semblante
de quien desfallece
acaso una razón
para su estigma!.

A sabiendas

A sabiendas
de pregones
que los pies
son para el suelo,
yo, rebelde,
fugitivo de la nada
y conciente quizás
del golpe
que me espera,
hoy vi
resucitar
una ilusión
que torna
a mis alas
mas potentes


Plegaria

Elevo mi plegaria en oraciones
que surgen del milagro de lo eterno,
del canto que deambula en multitudes
y se sumerge al ocaso en su destierro.
Voy nutriendo quimeras
de un encuentro
que convierta en risas
las lágrimas de espera.
Soy justiciable y juez
en la oratoria
para avistar
mi hallazgo
o mi condena...
Y en medio del encuentro
y desencuentro...
Al borde del abismo
y de la gloria,
sabiendo que
el afán de plenitudes
sucumbe a los aludes
de lo incierto,
yo voy con mi designio.
hacia el misterio,
llevando ecos
de músicas... sin tiempo...



Bienvenida: Laura Carolina Balboa
(Neuquén 07-05-80). Estudio Letras en la Universidad del Comahue. Ejerció varios oficios en su actividad laboral, como vendedora, asesora, promotora, censista, organizadora, encargada de compras, control de stock, arqueo de caja, ayudante, coordinadora, profesora de Lengua y Literatura. Actualmente se desempeña como profesora en Clases de Apoyo en Lengua y Literatura. Cargo: Profesora

Papá en lo del rey


Papá organizó una orgía en la casa del rey
Los invitados llegan de traje
Dejaron el movicom
para después

Papá organizó una orgía
En el salón del rey
Los invitados fuman y toman
Ya empezaron a coger

Papá organizó una orgía
Sin permiso del rey
Mientras mamá lo engaña
El se la pone al virrey

La orgía ya se termina
Ya no hay a quien coger
Sobró un poco de blanca
Se la llevan para después

Los hijos aprendemos
Para después poder
Organizar nuestra fiesta negra
Como papá en la casa del rey.


Bienvenido: Rubén Boronat,

Argentino del Neuquén, 16-08-50, juglar, andante, sudaca. Varios títulos editados, letras de canciones. Participante frecuente de festivales internacionales de teatro y poesía.

El Fuego
Ella le ama tanto que en cada mirada
deja vida entera en las llamaradas,
sus manos ovillan un sueño tan largo…



Ella le ama tanto que mientras le aguarda
suspira y hay viento en medio del campo…
Ella le ama tanto…



Ella le ama tanto que cuando sonríe
el rosal estalla, se devuelve en cardos;


que cuando desteje el hilo del alma
una mariposa quiebra los colores
dibuja cual niños en los pizarrones
querubines, príncipes y duendes amargos…



Ella le ama tanto que nunca ha logrado
emitir palabra, que se ruboriza
y el pecho galopa como una manada
en medio del mundo huyendo del fuego
que nunca se apaga…

Presentando a González.

Ser animal ciclotímico es perturbador, lo recuerdo cada vez que caigo del árbol y me empeño en regresar a las alturas. Nada tan restaurador como volver a las intrincadas redes de los orígenes. Allá donde el sol nos sorprendió por vez primera, allá donde jugamos bajo la lluvia hasta temblar de frío, donde empezaste a hurguetearme la chauchita que me cuelga entre las piernas y te escupió, pero, además, me dejó tiritando, mirando para todos lados deseando ojala nadie sapeara.
Para ese entonces la manada había partido en busca de hojas tiernas. Mamá, talón con ruedas, no dudó en salir, yo entonces descubría la mágica humedad de tu entrepierna.
Fue el principio de la aventura de la subsistencia, sin un macho recio que haga gritar de pasión a la vieja y se morfe todo lo que ella trae para la rama.
La vida pasa rutinaria. En el bosque siempre encontramos qué comer, hojas, frutos, raíces, tallos, miel. Pero tenía que pasarme a mí.
Debe ser por esas extrañas fantasías de hablar con otros monos, de comandar sus excursiones en busca de mejora social y reivindicaciones que comenzaron las repetitivas caídas del árbol. La primera caída fue memorable, soñaba que era un astronauta a punto de alcanzarla para ver que gusto tenía. Me inquieta saber si la luna es para comer. Debe ser exquisito hacerla rodar sobre la lengua. He sabido de unos longis que desayunan leche de teta con media luna y manzana.
La última no fue una simple pérdida del equilibrio, ni que las polillas traidoras horadaron las ramas de los impresionantes edificios que pacientemente construye su majestad la naturaleza. No, esta vez algo extraño alteró mis parámetros de relación con el ambiente. Aquellas pequeñas frutas rojas fueron la causa. Despuecito del pantagruélico banquete comenzaron los mareos, los delirios y esas extrañas imágenes apareciendo y desapareciendo como fantasmas que se levantan y esfumaban en el aire. Algo extraño sucedía y yo caminaba sin rumbo, con la cabeza a punto de estallar, dentro de un remolino que venteaba la fronda atestada por inimaginables monstruos al acoso.
Desperté sobre la barranquita del hermoso arroyo donde la paz se respiraba. Despulgándome pasé el día, al sol, recordando quien era, qué hacer, para donde ir. Pensar que ahí sólo había que quedarse a pasarla bien. Sobraba agua, buena comida y nadie de mi especie discutía el patronazgo del sector.
Pero, quería saber que había pasado, necesitaba congéneres que me escuchen contar historias y me masturben y aplaudan subiendo y bajando de las ramas.
Así fue, un día el circo me alcanzó, venía solo, mal alimentado, triste, sin rumbo, nadie me esperaba.
Empecé alimentando los animales y limpiando las jaulas de los dueños, pero era insuficiente. Un día vi llegar un ordenador, el mundo evolucionaba. Buscando hacer que para cambiar por comida, me transformé en escritor. Ahora vivo en jaula básica con Internet, escribo historias para mis seguidores y consumo frutas frescas del supermercado hasta que la güata dice basta o la diabetes lo permite.


Ahora
cuelgo por el cuello de una rama
Siento salir de las órbitas los ojos
se detiene la sangre en la cabeza
la lengua agargantada y las manos
crispadas entre las amarras, tras el cuerpo.
Siento en las piernas estremecimientos.
El circo está en funciones en el inmenso árbol
El corazón practica los extremados arrebatos
Un borbotón de luces de inconciencia,
de pronto un relámpago arde el pecho y una
bocanada húmeda escupe en estertores
los bellísimos sueños.

Sueltan la soga, el cuerpo se revuelve
entre la tierra suelta.
Noche, tormenta en la razón y el pensamiento
a negro por razón imperiosa de la fuerza…

Temprano se amachorran
los aprendices de torturadores
mis tripas y sus botas,
las descargas y mis huevos secos,
mis ilusiones y sus cascabeles,






los instructores y mis restos